Problemas en el Mercosur
El diario El Mercurio, en su edición de hoy, dedica parte de su análisis internacional a comentar el diferendo entre los gobiernos de Argentina y Uruguay, a raíz de la decisión de este último país de construir dos plantas de celulosa en el borde del río Uruguay, con una inversión de 1.700 millones de dólares, la mayor en la historia de la nación oriental.
El gobierno argentino de Néstor Kirchner ha apoyado a los movimientos ecologistas que se oponen a la construcción de las plantas, bajo el argumento de que dañarían el medio ambiente. El conflicto ha revelado los problemas que subyacen en la integración de los países del Mercosur.
El texto completo del análisis:
Luego de casi dos siglos de alternancia en el poder de los tradicionales partidos Blanco y Colorado, hace un año asumió la Presidencia de Uruguay el médico socialista Tabaré Vázquez. Su triunfo fue recibido con satisfacción por otros gobiernos de similar tendencia ideológica, en particular por el Presidente de Argentina, Néstor Kirchner.

Con pragmatismo, desde el inicio de su mandato Vázquez dejó de lado su agenda populista. Consciente de que Uruguay se ve afectado por las decisiones que Argentina y Brasil imponen en el Mercosur, y de que el mayor mercado para sus exportaciones se encuentra en los Estados Unidos, reclamó un cambio de las reglas de juego más favorable para los socios menores, llegando a anunciar la posibilidad de negociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos —que significaría, en la práctica, la ruptura con el Mercosur.

La decepción del gobierno de Kirchner con la política realista de su otrora aliado ideológico se hizo más evidente ante el anuncio uruguayo de la construcción de dos plantas de celulosa en el borde del río Uruguay, limítrofe con Argentina, con una inversión de mil 700 millones de dólares, la mayor en la historia de ese país. Si bien Uruguay sostiene que ambas empresas cumplirán con las exigencias medioambientales imperantes en la Unión Europea, muy superiores a las vigentes en Argentina, el presunto peligro de contaminación ha sido esgrimido en la reciente elección parlamentaria y provincial argentina. Concluida ésta, se pensó que el gobierno de Buenos Aires abandonaría esa línea electoralista y aceptaría las ofertas de negociación de su vecino. Sin embargo, el Presidente Kirchner ha optado por endurecer su posición y respaldar al también peronista gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, así como a variados grupos supuestamente ecologistas, que bloquean el tránsito de vehículos en la concurrida carretera internacional que comunica a ambos y a terceros países.

El bloqueo causa serios daños a la economía uruguaya, en especial al turismo, afectando igualmente al comercio exterior de Chile. Ante ello, Uruguay ha reaccionado con firmeza y anuncia que demandará a Argentina por los perjuicios causados, mientras el canciller argentino declara que recurrirá ante la Corte Internacional de Justicia por sus derechos ambientales. Los contenciosos, cuyas sentencias podrían tardar años y dictarse cuando las plantas estén ya construidas, constituyen un fuerte debilitamiento del Mercosur.

Otra vez quedan en evidencia las deficiencias del Mercosur, la incapacidad latinoamericana para adecuarse a la modernidad e integrarse y que la afinidad política entre sus líderes es indiferente cuando se comprometen intereses nacionales.

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