EL ROUND LAGOS-EDWARDS
El diario El Mercurio publicó hoy cuatro cartas tras la dura réplica que el Presidente Lagos envió al matutino de los Edwards por la publicación de un reportaje donde, supuestamente, una empresa española, cuyo representante en América Latina es Pedro Durán, salió beneficiado en una licitación de Correos.
Carta del Presidente I
Señor Director
Como abogado aludido en el artículo de prensa a que se refiere el Presidente en su carta publicada en el día de ayer, me siento dolido, ofendido y amedrentado.
Dolido, porque como concertacionista y ex asesor de gobierno, al tomar conocimiento en el ejercicio de mi profesión de abogado de irregularidades en la licitación sobre Sistemas de Ventas y de Seguimiento en Correos de Chile, lo primero que hice fue ponerme en contacto en más de una oportunidad con el fiscal de dicha empresa pública. Luego, le envié sendas cartas sobre el particular al gerente general de la empresa postal y en más de una oportunidad a su directorio. También puse en conocimiento de lo anterior al presidente del Consejo del Sistema de Empresas SEP, y me reuní con él. También me reuní con los dos jefes de gabinete que ha tenido en el último tiempo el ministro del Interior y le envié tres cartas al propio ministro, quien entiendo las remitió a un consejo de ética. Creo haber actuado con lealtad, tanto con mi cliente como con el gobierno.
Ofendido, porque jamás he atacado ni involucrado al Presidente Ricardo Lagos en este tema. Es más, he defendido públicamente al Primer Mandatario en este asunto. En efecto, a un diario de la competencia declaré expresamente que me molestaba que un parlamentario de la oposición hubiese usado este asunto para atacaral Presidente.
Amedrentado, porque no corresponde que el Presidente de la República opine con la dureza que lo hizo sobre mis actuaciones profesionales. Menos aún cuando he ganado un recurso de amparo de acceso a la información que interpuse en contra de Correos y que esta empresa pública apeló, encontrándose pendiente el recurso en la Corte de Apelaciones.
Lamento el pesar que embarga al Presidente Lagos, pero no debo ser yo el objeto de su desazón, sino quienes han actuado incorrectamente.Lamento, también, sentir mi derecho ciudadano a manifestar mi opinión y a ejercer la profesión de abogado amagados.
HÉCTOR MUSSO TORO
Abogado6.282.313-5

Carta del Presidente II
Señor Director:
Comprensible la molestia del Presidente. Pero, me temo, incorrecta.
La información relativa a bienes públicos y obtenida de fuentes igualmente públicas no debe ser motivo de reproche.
De otra parte, no es propio de un régimen republicano que el Presidente esgrima relaciones personales para reclamar por la información que un periódico decide divulgar.
Someterse a la mirada y a la opinión de los otros siempre es molesto. Y a veces es lesivo. Pero cuando se es Presidente de la República, es una de esas servidumbres a que obliga la grandeza.Lo que no es susceptible de publicidad, dijo Kant, es injusto.
CARLOS PEÑA GONZÁLEZ.

Carta del Presidente III
Señor Director:
Considero que el periódico que usted dirige representa una mínima parte de nuestro dividido Chile.
No es posible que su arma comunicacional esté constantemente bombardeando a nuestro Mandatario. A pesar de su deleznable acción, nuestro digno Presidente concita el mayor apoyo ciudadano que algún Jefe del Estado haya tenido en los últimos 50 años.
MARIO ESPINOZA

Carta del Presidente IV
Señor Director:
Estupefacto tras releer muchas veces la carta del Presidente, no puedo menos que asombrarme de la inconmensurable capacidad de síntesis del remitente. Lewis Carroll necesitó casi 250 páginas para describir el mundo del otro lado del espejo; S.E. lo consigue en sólo cuatro párrafos.
Cuatro párrafos que llaman también a reflexiones sobre aquellas viejas ideas de fulminar al mensajero -que se dice de los tiranos de otros tiempos- o la de la familia del César, para no hablar de aquello de rasgar vestiduras o el traje del emperador o eso de la tribu sembradora de odios, y esa otra que habla de una paja y una viga.Insuperable aquello de apelar al juicio de la historia y al infundio. Imposible retratar en menos palabras más enojo con menos argumentos. No porque se lo deje de nombrar no existe el vicio.
AUGUSTO CORTÉS

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